Desde el refu: Íñigo Ayllón
Nuestro equipo de guías de montaña es uno de nuestros mayores orgullos. Por eso nos hemos propuesto presentaros a buena parte de ellos.
Este mes nos toca conocer a Íñigo Ayllón Navarro, Técnico Deportivo en Media Montaña y Licenciado en Derecho y con Máster en Derecho de los Deportes de Montaña.
Natural de Aragón, habla castellano e inglés, y reparte su pasión por la montaña entre la práctica, el guiado y su trabajo como asesor técnico y legal de actividades en el medio natural.
Además, es miembro del Consejo Asesor Científico de las Montañas de la FEDME y responsable del Comité de Seguridad de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada de la FEDME.
Guías de montaña
¿Dónde y con quién fue tu primer contacto con la montaña?
Fue de niño con mi padre y mi madre en el Valle de Benasque, vacaciones familiares en las que empecé a caminar en busca de ibones, refugios, collados… y también comencé a “aprender” a estar pendiente del grupo, de la meteo, los imprescindibles de la mochila y a mirar los mapas (aunque yo pensará que los leía). Esos veranos me metieron el gusanillo en el cuerpo y son la causa principal de que luego haya llevado la vida que llevo dedicada a la montaña. Con el paso de los años mis padres me comentaban que se me cambiaba la cara cuando en un camino me colocaba delante del grupo y los llevaba.
El guía de montaña ¿nace o se hace?
Creo que con la respuesta anterior lo deja claro. En el mundo actual, esencialmente urbano, los guías nos hacemos. Alguien inicia la llama y luego hay un enorme camino para desarrollarse, formarse y seguir creciendo hasta llegar a ser un guía. Está claro que es una profesión muy vocacional y que tiene mucho bagaje detrás de algo tan “aparentemente” sencillo como estar en la montaña.
¿Dónde y cuándo fue tu primer viaje como Guía Muntania? ¿Y el último?
Mi primer viaje fue en septiembre al Tour del Mont Blanc. Un viaje muy especial porque fue bastante rápido en su organización y me contactaron por vía de urgencia… El principal recuerdo que tengo de ese viaje es la confianza de Hugo y de Muntania Outdoors para encargarme ese trabajo.
Y el último ha sido el de trekking las Rocosas Canadienses. Pensándolo, veo que estos dos viajes no son solo los que más veces he hecho (calculo que llevo más de 15 Tour del Mont Blanc), pero es que son sin duda mis dos viajes favoritos. Cada uno a su manera son destinos imprescindibles a los que no puedo hacer si no animar a cualquier amante de la naturaleza a participar.
“Alguien inicia la llama y luego hay un enorme camino para desarrollarse, formarse y seguir creciendo hasta llegar a ser un guía. Está claro que es una profesión muy vocacional y que tiene mucho bagaje detrás de algo tan “aparentemente” sencillo como estar en la montaña“.
¿Cuál ha sido el viaje más especial que has guiado con Muntania?
Aunque suene a tópico, todos los viajes son especiales. Evidentemente hay viajes en los que disfrutas más por el ambiente, por el tipo de viaje, por la experiencia…Pero todos los viajes son diferentes y de todos aprendes.
Tengo la suerte de haber conocido sitios increíbles, de haber conocido clientes fantásticos, algunos a los que podría llamar amigos, y de haber pasado por momentos especiales. La meteo, anécdotas, cervezas, algún sustillo, días de preocupación por cómo evolucionará la cosa…Pero lo genial de este trabajo es que he visto lágrimas de emoción, de alegría, de lucha por los sueños… he compartido los momentos difíciles en la vida de algunas personas que han sabido renacer en la montaña.
Siempre digo que un viaje lo marca la meteo, pero sobre todo las personas.
¿Qué hace de un viaje con clientes más fácil o difícil?
Sin duda su predisposición a disfrutar. Cuando vienen con la mente abierta y ganas de compartir el viaje sale rodado, y la suerte es que esto es lo que pasa en el 99% de los casos. El punto difícil es cuando surge alguien con mentalidad egoísta, que busca satisfacer sus propias expectativas solo.
¿Cuál es el consejo de seguridad que más has repetido?
Madrugar para tener tiempo de sobra, ritmo tranquilo para evitar la fatiga y sobre todo tener claro que el objetivo es volver a casa.
¿Qué es lo que nunca falta en tu mochila?
En realidad, son muchas cosas fijas:
Mapa. Soy un firme defensor del trabajo de planificación con mapa. Te da una visión más completa de la zona en la que estas y sus posibilidades. Evidentemente, el GPS en el móvil te da una facilidad y agilidad tremenda, pero también nos acomoda y nos vuelve un poco torpes.
Un detalle menos técnico: todo el año llevo en una bolsa estanca una braga de cuello, un gorro, unos guantes y una manta térmica (kit caliente de emergencia).
¿Cuál ha sido tu top de actividad de montaña o aventura?
Si hablamos de cifras (metros y dificultades) algunas cimas en Alpes, norte del Vignemale o escalar el Urriellu por la oeste. Pero me acuerdo, y me importa, mucho más de con quienes hice las actividades, las sensaciones y los sentimientos que surgen en esas actividades.
¿Las montañas más bonitas del mundo son?
Pirineos que es donde vivo. Pero si solo hubiera unas en el mundo querría que fueran los Alpes (por su historia y por mi propia historia en ellas). Si tuviera que cambiar de residencia hoy en día sería para irme a las Rocosas de Canadá.
¿Qué sueño te queda por cumplir?
Soy poco de soñar, y puestos a hacerlo pediría poder dedicarme mucho más a la montaña sin preocuparme del dinero ni perder el contacto con las personas que me rodean
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